En frente de un McDonald`s cerca de la Universidad de Nanjing, en la ciudad de Nanjing de China, un joven extranjero compró dos órdenes de papas fritas y le dio una a una abuela mendiga.
Los dos se sentaron en el suelo, comiendo y charlando alegremente, e incluso le brindó agua a la abuelita. Esta escena conmovedora, demuestra que la humanidad ya ha cruzado las barreras del lenguaje.
Este joven es un estudiante extranjero en la Universidad de Nanjing, llamado Jason. El dijo: “Todo el mundo en nuestras vidas necesitan de nuestro respeto. Sentarse y conversar con una persona mayor, puede hacerle saber que hay gente en este mundo que se preocupan por ella”.
Fuente: chinasmack.com
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